Jaime Sanromà Solé, presbítero

El siervo de Dios Jaime Sanromà Solé, hijo de los esposos Paz y María, era natural de Vilaverd (Tarragona). Nació el día 4 de noviembre de 1879 y fue bautizado al día siguiente de su nacimiento, y confirmado por el arzobispo Benet Vilamitjana el 5 de junio de 1882. Recibió la ordenación de presbítero el 19 de septiembre de 1908.

Ejerció el ministerio en las parroquias de Duesaigües, de L´Aleixar, de Vilaplana, de Vinyols i els Arcs y de Torroja del Priorat. Cuando estalló la revuelta del 36 era rector de Solivella. Sacerdote muy celoso especialmente en la predicación y funciones litúrgicas, antes había fomentado el fervor de la Cofradía del Apostolado de la Oración, las Hijas de María, la Acción Católica y el fejocismo. Además quería mucho a los niños.

Su caridad culminó en Duesaigües con un enfermo grave, para el que, además de sus limosnas, con el permiso de la esposa del enfermo, abrió una suscripción al pueblo para ayudarle. En Torroja consiguió poner paz en el pueblo.

Siendo rector de Solivella, al estallar la revuelta del año 36 fue detenido cuando subía por la zanja en dirección a Belltall. Le dieron fuertes culatazos de pistola y al chocar con algo fuerte en el pecho le preguntaron qué arma llevaba, y el Mn. Santiago, quitándose el crucifijo, contestó: «¡El crucifijo!» Esto hizo que vomitaran todo tipo de blasfemias e insultos groseros contra él. El Siervo de Dios lo sufrió todo con una gran resignación. Luego le ordenaron que caminara de frente, y a unos 150 metros del lugar de los testigos que esto declararon le dispararon unos siete u ocho disparos en la nuca.

Lo mataron por el solo hecho de ser presbítero y rector de Solivella, donde durante dos años había ejercido con gran celo el ministerio sagrado.

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