Juan Rofes Sancho, presbítero

El Siervo de Dios Juan Rofes Sancho nació en la Torre de Fontaubella el día 28 de febrero de 1876, y fue bautizado el mismo día. Recibió la confirmación el año siguiente, el día 9 de septiembre.

Fue ordenado presbítero el día 22 de septiembre de 1900 por el arzobispo Tomás Costa y Fornaguera y ejerció el ministerio sacerdotal, de vicario, en las parroquias de Ulldemolins, Les Borges del Camp, Poboleda, Torroja, Almoster, Figuerola, de ecónomo en la de Farena, y de rector en la de Riudecanyes durante cerca de ocho años.

Fue siempre un presbítero ejemplar, servidor fiel de la comunidad parroquial. Tenía un gran espíritu eclesiástico y sacerdotal. Era muy humilde, y caritativo con los necesitados. Piadoso especialmente en la celebración eucarística. Mortificado en la comida. Tenía un gran espíritu de compañerismo con los otros presbíteros.

La revuelta de 1936 le sorprendió siendo rector de Riudecanyes. A la presencia de los milicianos sumió las sagradas formas, ya continuación lo hicieron marchar del pueblo. De momento se refugió en una caseta de campo de la Torre de Fontaubella.

Allí lo visitó su hermana Gertrudis y, en lamentarse por el hecho de que los presbíteros fueran perseguidos, el Siervo de Dios le contestó: «Persiguieron al Cristo… ¿Qué hay de extraño que nos persigan ahora a nosotros?»

Obligado a internarse en el bosque, al pie de la Mola de Colldejou, en la partida de Fontaubella, se encontró con los siervos de Dios el Mn. Antonio Nogués, arcipreste de Falset, y con sus dos vicarios, el Mn. Ramón Martí y el Mn. José M. Sancho. El día 12 de agosto del 36 sufrió el martirio junto con estos tres compañeros, tal como se ha descrito al hablar del Mn. Antonio Nogués.

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