Agapito Gorgues Manresa, presbítero

El siervo de Dios Agapito Gorgas Manresa, hijo de los esposos Manuel y Marta, era natural de Cervià (Garrigues), donde había nacido el día 4 de junio de 1913. Fue bautizado y confirmado en Cervià. La confirmación le fue administrada en 1917 por el arzobispo Antolín López Peláez.

Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario de Tarragona, y fue ordenado presbítero el 28 de junio de 1936. Cantó la primera misa solemne el 12 de julio, ocho días antes de estallar la revuelta. Residía todavía en Cervià, en espera de ser destinado. El 21 de julio del 36, junto con otro seminarista, se refugió, primero, en un cortijo de Alcover (Alt Camp) y luego, por el peligro que allí había, fueron hacia la montaña, donde pasaron dos o tres días sin comer. Sorprendidos por el Comité Revolucionario de la Riba, les hicieron unos pases para poder retornar al pueblo.

Manifestó a sus familiares que estaba dispuesto al martirio, y que «si algún día me matan y sabeis quienes han sido mis asesinos, perdonarles.»

En Cervià se presentó al Comité, aunque antes unos amigos lo querían disuadir que no lo hiciera. Entre los miembros del Comité hubo una fuerte discusión sobre si lo mataban o lo conducían a la cárcel de Lleida. Al final decidieron que se quedara en casa de sus padres. Unos días después fue a visitar a un miembro del Comité y le aseguró que no le pasaría nada.

Desde el día 2 de agosto hasta el 23 de octubre, día de su inmolación, rezaba las tres partes de rosario arrodillado, incluso unos días que estuvo enfermo se levantaba de la cama para cumplir su promesa.

El día 6 de agosto los de los Comité Revolucionario fueron a detenerlo, pero como estaba enfermo, aplazaron la detención. El día 23 de octubre, con motivo de una fuerte lucha entre la CNT y la UGT de Cervià, a media mañana asaltaron el domicilio, mientras el Mn. Agapito y su padre huían por detrás. Durante una hora y media estuvo escondido en el corral vecino, y al ser descubierto lo mataron allí mismo. Sus restos fueron inhumados en el nicho familiar de Cervià.

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