Alejo Miquel Rosell, presbítero

El siervo de Dios Alejo Miguel Rosell, hijo de los esposos Ramón y Antonia, era natural del Pla de Santa Maria. Nació el día 11 de octubre de 1882.

Ordenado presbítero el 19 de septiembre de 1906, fue vicario de Solivella, de Alforja y de Constantí, el 1914, ecónomo de Bellmunt, y después de Gratallops, en 1916, de Capafonts, en 1921, de Cervià, en 1924 , de Pira; en 1930, de la Masó, y en febrero de 1934, regente de la Riera de Gaià (Tarragonès).

Tenía unas cualidades morales, intelectuales y artísticas extraordinarias. Los actos religiosos resultaban solemnísimas, la catequesis, muy concurrida y animada, y las predicaciones cuaresmales, muy fructíferas. Fue gran propagador de los periódicos y libros católicos y de las vocaciones religiosas. Era muy sencillo, jovial y generoso, un verdadero pastor. Hizo muchas mejoras en las iglesias y construyó salas parroquiales en la Masó y en la Riera. Preferentemente ejercía el apostolado entre los niños, los jóvenes y los moribundos. Educaba musicalmente a los niños y formaba escolanías.

El 20 de julio de 1936 pidió al Mn. Dalmacio para hacer confesión general, ya que estaba convencido de que sería martirizado por causa de Cristo. La noche del 21 se refugió con el Mn. Francesc Robert en el bosque, aunque estaba lloviendo. Se confesaron mutuamente, seguros de que los matarían.

El 22 celebró la última misa, por la tarde se escapó por los tejados y el 23 llegó a Tarragona y se refugió en la calle Fortuny, n. 8. Aquí pasaba el día recluido en la habitación, rezando. En diferentes ocasiones dijo: «Es una gracia tan grande el martirio, que no la merezco, pero si Dios me destina, ofrezco con mucho gusto la vida.»

El día 26 de julio se presentaron dos milicianos en el piso donde se había refugiado y se lo llevaron. El asesinaron esa misma tarde.

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