Luis Domingo Mariné, presbítero

El siervo de Dios Luis Domingo Mariné, hijo de los esposos José y Josefa, nació en El Morell (Tarragona) el día 10 de mayo de 1911. Pocos días después era bautizado en la Parroquia de San Martín del Morell. Le ordenó presbítero el señor cardenal Vidal y Barraquer el día 30 de junio de 1935.

Cuando estalló la revuelta, al año siguiente, era vicario del Pont d´Armentera (Alt Camp). De un gran espíritu sacerdotal y juvenil, la caridad, la humildad y la castidad relucían de una manera extraordinaria en el Siervo de Dios. En una de sus cartas decía: «Estudia mucho, sí, porque la Iglesia necesita hombres de ciencia, pero reza mucho más. El estudio bien orientado y con recta intención es una verdadera oración. Todo este tiempo que desempeño de vicario hago mi lectura espiritual sobre la biografía de san Juan Bautista María Vianney […]. Si tuviéramos fe como un grano de mostaza, esta fe, sólo con el contacto con Jesús, nos santifica. Entonces comprenderíamos que significa ser íntimos de Jesús. Sin embargo, somos un grupo de locos »(carta fechada el 19 de marzo de 1935).

Al estallar la revuelta no dejo al Señor, sino que, tras asumir las sagradas formas, se escondieron en la montaña. Aquí fueron auxiliados por los dueños de la casa Boada, que les llevaron comida y una lona para que se pudieran proteger de la lluvia. Un buen feligrés, enterado del estado en que se encontraban, les buscó una casa en el pueblo. Cuando se enteraron los revolucionarios, dos hombres y una mujer, el día 5 de agosto de 1936, hacia las 4 de la tarde, fueron a buscar al vicario, Mn. Luis Domingo. Este primero se confesó con el cura y después se entregó, seguro de que había llegado el momento tan deseado del martirio. Al cruzar las calles del Puente despedía gozoso de sus feligreses. Lo hicieron subir a un coche. Durante el trayecto, según referencias del chofer y de los asesinos mismos, fue torturado bárbaramente. Lo confirman algunos transeúntes por los gritos de dolor que se sentían y que más dominaban: «¡Ay, Madre!»

Al llegar al cruce de Masllorenç en Valls, cerca de Rodonyà, le hicieron bajar del coche y lo remataron a tiros. El secretario de Rodonyà, muy amigo de infancia del Mn. Luis, lo hizo enterrar en un ataúd en el cementerio de esta población. Más adelante fueron exhumados sus restos y enterradas en el nicho familiar del cementerio de El Morell.

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