Magín Civit Roca, presbítero

El siervo de Dios Mn. Magí Civit Roca era natural de Conesa (Tarragona). El día siguiente de su nacimiento, 3 de julio de 1877, fue bautizado.

Ordenado presbítero el día 21 de septiembre de 1901, ejerció el ministerio sacerdotal de regente del Morell, ecónomo de San Magín de Rocamora y rector de Porrera.

Siempre fue admirado y reverenciado por su caridad, piedad y celo apostólico. Su conducta fue siempre ejemplar, y la única preocupación que tenía era el bien espiritual de los feligreses.

Al estallar la revuelta del 36, acompañado de sus otros compañeros presbíteros: el Mn. José Manyé y el Mn. Miquel Rué, se refugiaron en el la masía de Mestre por disposición del Comité Revolucionario.

El día 17 de agosto, dos coches de milicianos fueron a la masía, detuvieron a los tres presbíteros, los registraron, los ataron y los hicieron subir a los coches. Por la carretera de Alcolea, los llevaron hasta la riera de Maspujols, donde fueron asesinados por el solo hecho de ser presbíteros. Pero antes el Mn. Magín Civit pidió a los asesinos que le dejaran besar las manos, ya que ellas -dijo- le debían abrir la entrada del cielo. Los cadáveres de los tres mártires fueron sepultados en la fosa común del cementerio de Reus. Así lo explicó el sepultero a una sobrina del Mn. Manyé el mismo día, coincidiendo con las indicaciones que le habían sido dadas.

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