Jocundo Bonet Mercadé, presbítero

El siervo de Dios Mn. Jocundo Bonet Mercadé, hijo de los esposos Jocundo y Francisca, nació en Tarragona en 1875 y fue bautizado en la Parroquia de Santa María de la Catedral.

Después de haber ido a la Guerra de Cuba, el 22 de septiembre de 1900 fue ordenado presbítero por Mons. Tomás Costa y Fornaguera.

Primero fue vicario de la Catedral, luego regente y rector de la Parroquia de San Juan Bautista de Reus. Aquí construyó la iglesia parroquial, que fue inaugurada en el año 1931, a la que dedicó todos sus ahorros.

En Reus organizó la Acción Católica de la Mujer y la Sección de Juventud, de tal manera que uno de sus asesinos dijo que «le tocaba morir porque había hecho demasiada acción católica».

El Mn. Bonet tenía un gran espíritu sacerdotal, era muy virtuoso y muy celoso de todo lo que hacía referencia al culto y lugares sagrados. Ayudaba mucho a los necesitados y tenía una gran caridad hacia el prójimo.

Al estallar la revuelta de 1936, le propusieron irse de Reus y llevarlo a un lugar seguro, pero él contestó que no podía abandonar la parroquia. Se refugió unos días en casa de los señores Turú. Aquí pasaba el tiempo rezando y muchas veces lo veían rezando arrodillado y con los brazos en cruz.

El día 14 de agosto, a la una de la madrugada, se presentaron cuatro milicianos en su piso. Detenido, los siguió silencioso, conformado y humilde como un cordero. Conducido a la carretera de Falset, en el cruce de la que en el Instituto Pere Mata, le hicieron bajar. Arrodillado y con el crucifijo en las manos, levantó la vista al cielo, y mientras oraba por sus verdugos – «¡Perdonad, Señor, que no saben lo que hacen!» – Resonaron por los aires unos disparos y cayo muerto allí mismo. Fue enterrado en el cementerio de Reus.

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