Una de las capillas renacentistas de la Catedral medieval está dedicada a san Fructuoso y a sus diáconos y en ella se veneran algunas reliquias de estos protomártires hispánicos. En el museo diocesano también encontramos elementos arqueológicos de los primeros siglos del cristianismo entre los que destaca una jarra litúrgica de bronce del siglo VII encontrada en una tumba, en el área de la catedral. También en la fachada de la Catedral se encuentra engastado un magnífico sarcófago paleocristiano, de inicios del siglo V, denominado de Betesda.