El Mn. Miquel Grau daba un esplendor especial a las funciones parroquiales, especialmente a las del mes de mayo, dedicado a la Virgen, y a las del mes de junio, dedicado al Sagrado Corazón.
Era un presbítero sencillo y humilde, muy piadoso y cumplidor de sus deberes, caritativo y amigo de los niños. También estaba muy compenetrado con sus vicarios.
Ejerció el ministerio como ecónomo en las parroquias de la Vilella Alta y de Figuerola del CamMn.
Cuando se inicio la revuelta del 36 era ecónomo de la Parroquia de San Juan de Tarragona. Fue encarcelado en el barco-prisión Río Segre, y martirizado el 25 de agosto en Valls con otros compañeros y jóvenes de la Congregación Mariana al grito de «¡Viva Cristo Rey!», junto con el Mn. Pedro Farrés, Mn. Anton Prenafeta y el Mn. Josep M. Panadés.